COLORES DE LAS LENTES, UNA ELECCIÓN QUE NO DEPENDE SOLO DE GUSTOS

La tonalidad de los cristales de unas gafas de sol no son solo una cuestión de gustos. Más allá de las preferencias estéticas, existen variables de diversa índole que determinan si los colores de las lentes son los adecuados o no para una persona o una situación determinadas. Entre las mismas, se incluyen factores como las condiciones climáticas, las actividades a realizar o las características particulares de los usuarios. En muchas ocasiones, no se trata de una decisión fácil. Por eso, desde AWA Sunglasses, queremos compartir contigo las principales claves que deberías tener en cuenta a la hora de escoger la alternativa más beneficiosa en cada momento.

Protege tus ojos en todas las estaciones, también en invierno

Antes de adentrarnos en dicha cuestión, es importante tener en cuenta que la protección de nuestros ojos contra los rayos ultravioleta no ha de limitarse únicamente a los meses de verano. En invierno, tal y como advierten desde el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, la radiación perjudicial también puede provocar daños.

El hecho de que las ondas lumínicas se proyecten sobre nuestro planeta desde mayor distancia no implica que estemos exentos de todo peligro. De hecho, en determinadas circunstancias como durante la práctica de deportes de montaña, la protección ocular representa una conducta tan imprescindible como el resto de medidas de seguridad.

Algo que no debe limitarse a las actividades en cumbres muy elevadas. Y es que, a una altura de solo 300 metros, la intensidad de la radiación aumenta un 5% con respecto a la proyectada a nivel del mar. Por si fuera poco, cuando la superficie está nevada, los molestos reflejos representan un motivo más por el que utilizar gafas de sol durante tus jornadas dedicadas al esquí, el snowboard, el alpinismo, el senderismo u otras disciplinas similares.

Qué colores de las lentes debes elegir en función de las circunstancias

En cuanto a los colores de las lentes, hay que dejar a un lado, por un momento, las preferencias estéticas y detenerse a valorar sus propiedades y utilidades. La opción más adecuada, como anticipábamos, dependerá de una combinación de factores externos e internos. Para entenderlo mejor, nos centraremos en cada una de las tonalidades y en las respectivas situaciones que las convierten en más o menos adecuadas.

Iniciamos el recorrido cromático por el verde, que reduce la luz visible sin interferir en la claridad de la visión. Un hecho que lo posiciona como la alternativa perfecta para la navegación y el resto de modalidades deportivas náuticas, así como para aquellas desarrolladas en entornos en los que predomine la nieve. Al mismo tiempo, las personas con hipermetropía pueden ver reducida su limitación para apreciar objetos cercanos.

Por su parte, los cristales marrones filtran mejor las radiaciones azules e incrementan tanto el contraste como la profundidad de campo. Además, apenas distorsionan la percepción de los colores, lo que las posiciona como una elección acertada para quienes, debido a su dedicación, padecen de vista cansada. De igual forma, se recomienda su uso a usuarios con miopía o que hayan recibido una operación de cataratas o una cirugía refractiva. Como en el anterior caso, también son una opción válida para actividades al aire libre.

Con el gris se consigue distinguir mejor los colores, ya que apenas los distorsiona a través de la lente. Por eso es un color adecuado para la conducción, especialmente cuando ésta se prolongue durante unas horas. Asimismo, cuando se sufre de fotofobia, lo normal es que se prescriba su utilización, gracias a la cual se evitarán en buena medida las molestias causadas por la luz.

El amarillo, en cambio, no es apto para el manejo de vehículos, por el riesgo de que provoque errores en la percepción de las tonalidades de los semáforos y las señales de tráfico. Ni siquiera ofrece una protección suficiente contra los rayos del sol, por lo que su empleo debería reducirse a los días nublados, brumosos o con niebla.

Finalmente, el caso de los cristales naranjas se parece mucho al anterior. No es apropiado para salvaguardar la salud de los ojos ante la radiación solar, pero sí puede usarse cuando la intensidad de esta sea reducida.